jueves, 10 de diciembre de 2020

Capítulo 117

 


Ana llora sobre la cama de su hijo. Francisco no sabe que hacer. Ella extiende su mano:

--ven aquí.

Él le toma la mano. Cae a los pies de ella. LLora con la cabeza sobre su falda. Luego ella lo mira. Le pone las manos en las mejillas:

--te amo. Sé que cometí un error al irme, que te hubiera ahorrado mucho sufrimiento pero ahora que estoy aquí.

Francisco la mira llorando:

--¿¿qué me quieres decir?

Ella le acaricia las lágrimas:

--quiero decir que no quiero que vuelvas a llorar.

Toma la mano de él, las dos juntas se las pone ella en el pecho primero y luego a él:

--a nuestro hijo siempre lo llevaremos en el corazón pero nos amamos y tenemos una hija en común,.. Ya va siendo hora que la tristeza quede atrás y volvamos a ser lo que éramos. una familia.

Francisco está feliz:

--¿hablas en serio? ¡¡no me dices mentiras¡?

Ana lo mira enamorada:

--Eres mi marido. Y soy tu esposa. Esta es nuestra casa. Ya no nos vamos a ir. Nos vamos a quedar aquí. a reconstruir nuestra familia.

Francisco abraza a Ana y la llena de besos llorando:

--¡¡gracias, mi amor.¡ ¡¡gracias por darme esta oportunidad.¡

Ana se levanta. Francisco ha dejado a su bebé en su carrito. La toma en brazos. Francisco se levanta. Seca sus lágrimas. Ella le acerca a la pequeña y entre los dos toman a la niña:

--gracias a ti por darme el regalo que más bello que un hombre le puede dar a una mujer y perdóname por no haber querido compartirlo contigo.

Se miran enamorados y se besan apasionadamente.


Ha caído la noche, Rosana acomoda a la falsa Georgina en la habitación más alejada a la suya.

--¿Y si el pequeño duerme en la noche?

Rosana se muestra un poco defensiva:

--ya me ocupo yo.

Se siente bien con la anciana pero le molesta sus miradas.

--buenas noches, querida. --dice Jorge.

La anciana le da un falso beso maternal en los labios. Rosana siente que es demasiado cariñosa. Se queda sola en su cuarto. Jorge está muy sofocado. 

--¡¡no voy a aguantar esto.¡

Esta muy caliente. Tiene a Rosana amándolo a pocos metros de su lado. Desea ir con ella. Rosana acuna a su bebé. Le habla con mucho cariño:

--tu papá no está pero siento, que esta tan cerca.

Se queda un poco intranquila pensando en Georgina.

--¿será lesbiana?

Piensa que tal vez debería hablar con Jorge o Eugenio.

--pero es tan dulce.

Además que le daría mucha vergüenza equivocarse.  Jorge esta tumbado en la cama, disfrazado. Habla con su hermano por sms.

--¿como ha ido todo?

--Me ama.

--Eso te lo dije yo ya.

--Me tiene enfermo. La deseo. No sé si pueda aguantar sin hacerle el amor.

--dile la verdad.

--No puedo.

Hablar con su hermano lo relaja pero no puede dormir. LLeva la misma ropa. Todo igual pero se ha puesto una bata de anciana por si Rosana se despierta. Da vueltas por la casa. Se da cuenta que Rosana ha colocado en una de las estanterías la foto de  él con Hortensia. La agarra emocionado:

--Eugenio tiene razón, nuestro hijo nació para unirnos a Rosana y a mi.

Acaricia el rostro de la difunta:

--gracias. Muchas gracias.

Su mirada va hacia el cuarto en el que duerme la mujer. Pone su mano en la puerta.

--te amo. Te amo.

Quiere entrar.

--No, si me ve se va a pudrir todo.

Piensa que perfectamente puede decir que el bebé lloró. Entra, la ve dormir.

--te amo tanto.

Desea acariciarla pero se da cuenta que si sigue en el cuarto la va a besar. Le cuesta mucho estar con ella sin sacar todo el amor que tiene para ella. Regresa a su cuarto muy sofocado. La noche se le hace larga.



A primera hora de la mañana, Susana esta con un abogado. Va a presentar la demanda de custodia de su nieta. Se enteran que Víctor también presentó demanda y cuando le cuenta al abogado la historia éste le dice que no puede hacer nada.

--¡¡mis hijas murieron por culpa de esos desgraciados.¡ ¡¡no me puede decir que no se puede hacer nada.¡

--Ante la ley no. no se puede hacer nada. Si usted pelea se va a gastar una fortuna y no va a lograr nada. La custodia quedara para el padre y mientras se decide el juicio la pequeña seguirá con el viudo de su hija.

Susana se muere de rabia. No olvida las palabras de su hija en su lecho de muerto.

--¡¡no van a ser felices¡¡

Regresa a su casa. Su último marido, el padre de Daniela, tenía una arma.

--La dejó en casa. Estoy segura. 

Siente que ahora esa arma puede servir para vengar a su hija. No recuerda donde la dejó. Remueve toda la casa.

--¡¡tengo que encontrarla.¡ ¡¡tengo que encontrarla.¡


Por su parte. Georgina entra en el cuarto de Rosana. Toca a la puerta pero Rosana está en la ducha y no la oye.

--querida. ¿puedo pasar?

Se excita al escuchar el sonido de la ducha. Se acerca sigilosamente. Mientras se repite para sí:

--no lo hagas. No lo hagas..

Rosana se ducha con la puerta de su baño abierta y también con los vidrios de la mampara abiertos para escuchar a su bebe si llora. Jorge se acerca a la puerta. Ver a su amada desnuda es un fuerte impacto. Desea estar con una mujer, desea estar con ella. Rosana esta de espalda pero cuando se gira Jorge ya no puede ver. Rosana oye ruidos, abre los ojos.

--¿¿qué es esto?

Lo único que ve es a una anciana que se le tira encima como un animal salvaje. 

--¡¡esta loca. Esta loca.¡

Jorge no puede más. La abraza a la fuerza. Toca sus senos. Rosana trata de salir de ese cuerpo que la está atrapando. Siente asco, horror de las caricias del aliento babeante de la supuesta anciana.

--¡¡¿¿que hace?¿que hace?

Jorge ya no se oculta:

--¡te amo Rosana ¿es que no me reconoces?¡¡

Rosana se ha quedado de piedra. No se mueve y entonces Jorge la besa. Rosana entonces le besa en el labio. Se aparta de él y le empieza a tirar cosas por la cabeza.

--¡eres un maldito.¡ ¡¡una basura.¡

Jorge pone las manos delante para protegerse:

--¡¡no es para tanto. Es una pequeña travesura, quería estar seguro que me amas.¡

Es el cuerpo de Georgina, sin gafas con la voz de Jorge.

--¡¡ahora sé que me amas.¡

Jorge trata de abrazarla:

--¡sé que me amas. sé que me amas.¡

Rosana le da un golpe en la cabeza con el teléfono de la ducha y le dice con rencor:

--¡Eso era antes, te odio¡

A Jorge le lastima mucho la dureza de la mirada de ella.



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