viernes, 4 de diciembre de 2020

Capitulo 13

 




*(Ana y Francisco ya tienen fecha para la boda)


Francisco y Ana salen abrazados de la iglesia.

--ya la tenemos reservado. ahora sí que no te puedes echar atrás.

Ana lo besa:

--he soñado toda mi vida con este momento.

--¡¡no puedo creer que falte tan poco para que seas mi mujer.¡

Ana habla entre los brazos de su amado:

--tu mujer lo soy desde el día en que te conocí.

Se miran enamorados y se besan apasionadamente.


Susana está manejando el auto. Piensa excitada en los besos de Víctor. Tiene ganas de hacer el amor con él.

--¡¡es el hijo de mi mejor amiga.¡ ¡¡no¡

Se escandaliza solo de pensar en que le gustaría hacer el amor con él.

--Ya estoy cansado de los viejos.

La mujer necesita sentir joven, deseada. Le gustaría hacer el amor con un chico más joven.

--¡¡pero no con el hijo de una amiga.¡

Algo llama su atención. Es un culito pequeño y precioso que está al lado de la carretera. Un joven, pelo rizado. De no más de 18 años. Con unos jeans que le hacen muy sexy y con una bolsa de viaje en el hombro está haciendo auto-stop. Susana para en seco. No se lo piensa dos veces. El chico solo dice:

--Hola.

Es un hola que a ella la seduce. Mira de reojo el tierno paquete de él. El chico se da cuenta. Le mira el escote, la minifalda. Pese a la diferencia de edad de más de 30 años la mujer le resulta muy atractiva. La mira con cara de depravado.  Se siente deseado y pone la mano en los muslos de ella. Tiene miedo de la reacción de ella pero Susana brinca de deseo entonces el chico no se lo piensa y se lanza sobre ella. Susana no esperaba que fuera tan atrevido pero le encanta. Queda atrapada en la mirada de degenerado del joven, en su furia. Aparca en un rincón de la carretera y ahí fornican como bestias.






*(Susana se acuesta con un guapo desconocido)


Retorciéndose de placer, el chico que ha hecho "feliz" a Susana se abrocha los pantalones mientras que ella, jadeando, se arregla la ropa y vuelve a conducir. Está encantada.

--¿¿como te llamas?

El chico la sonríe:

--déjalo así. ¿no te encanta el misterio? Acércame al centro lo más que puedas. Luego seguramente no nos volveremos a ver.

Su voz la seduce. Susana no puede creer que se haya acostado con un desconocido y que ya no lo vuelva a ver. Le ha gustado mucho estar con él:

--Yo me llamo Susana. te daré mi tarjeta por si me quieres buscar. Para lo que necesites.

El chico le acepta la tarjeta. La mira con cara de depravado. No le dice nada más.

--Me gustaría tener un recuerdo tuyo.

--¿tienes unas tijeras?

Ella le dice que busque en el auto. Para sorpresa de ella se corta el tanga que lleva y se lo entrega. 

--¿te sirve? --le dice con cara de depravado.

Ella no dice nada. Esta muy seducida. El chico le hace gestos:

--déjame por allá.

Ella para. Lo mira fascinada. Él la besa apasionadamente:

--ha sido un placer.

Y se va corriendo. Ella suspira.

--¡¡que hombre.¡

Saborea el sabor de los labios de él.  Huele el tanga. Aspira. Luego se reclama lo que ha hecho.

--¡¡si podía ser tu nieto¡

Pero nadie le borra la sonrisa del rostro. 



*(Para seducir a Camilo, Hilaria quiere que su madre dé clases con él en la casa)


Al día siguiente Camilo se incorpora ya a su trabajo. Hilaria lo estaba esperando. Ella toma varias clases. Casi lo monopoliza. Juegan durante bastante rato. Logra cansar al profesor que con mucho cariño le dice:

--No te cansas nunca?

Con el rostro encendido ella le dice:

--echaba de menos jugar contigo.

--¡¡pero si solo hemos perdido unas clases.¡

Ella finge que es por pasión al tenis y no por pasión a él:

--si tuviera alguien con quien jugar siempre como juego contigo.

--¿porque no le dices a tu madre que venga? yo la podría poner en forma. Últimamente no tengo muchas clases. Hoy solo has venido tú. El resto de chicas se han dado de baja.

Hilaria lamenta que las cosas al profesor le vayan mal pero se alegra que sea solo para él.  

--si sigo así me acabaran echando. Y me encanta dar clases.

--¡¡no. eso no¡ ¡¡yo no me perdería nunca tus clases. no podría vivir sin ti.¡

El sonríe con ternura. Ella piensa que tal vez ha sido demasiado descarada:

--me refiero a jugar con alguien tan bueno como tu --se corrige nerviosa.

--ya te entendí --dice con una sonrisa.

Ella enrojece.

--entonces ¿animaras a tu madre a que venga?

--Es que ella no es socia del club. En realidad odia a la gente desde que murió mi padre.

Él la mira con cara de decir pues mala suerte. Hilaria está muy ansiosa. Se le ha ocurrido algo para estar más rato con el profesor:

--¡¡pero es que como jugadora es un desastre, le cuesta mucho aprender. Si pudieras ir tu a nuestra casa te lo agradecería. La pista es buena y mama te pagaría también el tiempo que tardes en ir y venir y si no tienes clases.¡

--por mi está bien. ¿¡cuando comenzamos?¡

Hilaria tiene que hacer un esfuerzo para no gritar de alegría, para controlar su ansiedad.

--solo dame tiempo para hablar con ella. si me das tu numero particular. --no puede evitar una sonrisa-- te llamo en la noche para confirmarlo.

Hilaria está nerviosa. Teme que Camilo sienta que es demasiado descarada y no le quiera dar su número de teléfono.

--si clase. No hay problemas.

Camilo le anota su número y le da el papel. Ella lo agarra temblando. No puede creer que tenga el teléfono de su guapísimo profesor.

--hasta la noche.

Cuando Camilo se gira, Hilario salta contenta. Esta feliz. Camilo la mira de reojo y sonríe. Va hacia los vestuarios. Hilario no le saca los ojos de encima.

--¡¡que guapo es.¡

Le encanta ese hombre y con esos pantalones tan cortos la vuelve loca. Ahora solo tiene que convencer a su madre, a Claudia, para que admita las clases. Defiende su punto de vista como si le fuera la vida pero haciendo creer a su madre que es para que aprenda y no porque lo desea tener cerca pero la tarea es más difícil de lo que parecía. Claudia dice que no y no y es No. Hilaria se desespera. No quiere quedar mal con el profesor y además hubiera sido muy bueno tenerlo cerca en casa y en el club. 


Susana esta tumbada en su cama. El día después se siente vacía. El jovencito desconocido la ha llenado pero ha sido un espejismo. Susana necesita sentirse como un jovencito. 

--Lastima que no me haya llamado.

Se estremece pensando en Víctor. En sus besos.

--¡¡no. no.¡ ¡¡con cualquier antes que con el.¡

Quiere esperar tranquila a que el desconocido la llame pero no puede y se lo recrimina:

--¡¡no soy una adolescente para que no me pueda controlar¡¡

Y aunque se dice que es una locura busca a Víctor. Este se sorprende al verla. 

--¿¿que haces aquí? --pregunta sorprendido.

Ella se le tira encima y lo besa con pasión. Víctor está sorprendido pero encantado. La toma en brazos y la lleva a la cama. Los dos se portan como bestias. 














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