Gustavo da vueltas a la cama. No puede dormir. Lleva demasiado tiempo durmiendo sintiendo a Ignacio a su lado. Abrazado a él. No se acostumbra. No lo acepta. Le da horror pensar que Ignacio lo deje, que lo pierda. Se siente solo, roto sin amor y no se quiere ni imaginar que sea esto lo que le espera el resto de sus vidas. Llora abrazado a la almohada. Está muy angustiado. Sabe que Ignacio es más sensible que él y le duele imaginárselo atormentado y solo.
--¡¡No. no me va a dejar.¡
Se levanta y va al cuarto de su amado. Toca a la puerta. Siente sollozar a Ignacio pero no contesta.
--Ignacio abre.
Ignacio no dice nada. Gustavo está desesperado.
--abre la puerta. tenemos que hablar.
Ignacio sigue sin contestar y Gustavo se desespera.
--¡¡No me voy hasta que me abras ¡ ¡¡esto no tiene sentido. nos hace mal estar separados. almenos deja que te apoye.¡
Espera a ver si el chico le contesta pero nada. Gustavo habla solo.
--perdón por lo que te dije.Yo sé que no es fácil para ninguno de los dos. Yo a veces soy muy apasionado y entiendo que te asuste. No es que quiera que hagamos el amor. Sabes que me importas más que eso. pero es que desde que nos conocemos lo hemos compartido todo. Sino piensa en todo lo que hemos vivido.
Ignacio no le contesta. Llora amargamente tumbado en la cama. Piensa en Gustavo enfrentándose a su familia por él, su ternura en la primera vez, cuando Joaquín lo quiso matar y Gustavo se tiro encima de él, como se la banco en el accidente.
--Ignacio --le dice Gustavo con ternura-- podemos ser amigos.
Ignacio se estremece recordando los momentos de intenso amor compartidos con la única persona que lo ha querido. Se siente morir porque todo tiene que terminar. No hace más que preguntarse. ¿¿por qué?¿por qué?. La voz de Gustavo le estremece. Su tristeza le duele. Su suplica.
--hablemos. sólo hablar.
Ignacio no le abre:
--tenemos que dejar las cosas así.
Gustavo sonríe:
--por fin.
Tiene la esperanza de lograr arreglar las cosas con su amado.
--¿porque has cerrado la puerta? déjame entrar.
Ignacio se estremece pensando en el cuerpo desnudo de su amado. Lo desea tanto como lo ama y eso le hace sentir sucio.
--¡¡es mi hermano.¡¡ ¡¡es mi hermano.¡ --dice para sí.
El fuego que siente hacia Gustavo, lo está quemando. Gustavo le insiste con ternura. Ignacio esta a la defensiva:
--¡¡tú lo que quieres que meterte en mi cama.¡
Gustavo sonríe pícaro. Nada le gustaría más:
--te juro que no. Puedes confiar en mí.
--No. no puedo. Te conozco. --triste.
A Gustavo le hace gracias la salida de su chico. Sonríe seductor.
--Vale. --habla dulcemente-- no puedes fiarte de mi pero puedes confiar en ti. Yo nunca te obligaría.
A Gustavo le emociona la sinceridad de Ignacio:
--No. yo sé que si te dejo entrar haríamos el amor.
--¿y entonces? --pregunta Gustavo en un suspiro.
--Ya hemos hablado de eso. No puede ser.
--Es que a lo mejor aunque sea duro podría llegar a vivir sin tu amor pero no sin tu amistad. Sin querernos como cuando nos conocimos.
----no. no podría vivir sin amor. sin tu amor.
Los dos están muy tristes. Sus ojos llenos de lágrimas.
--deja que te haga olvidar.
--no me hagas más daño --le Ignacio suplica.
Ignacio se calla. Gustavo lo oye sollozar y ya no le dice nada. Se queda apoyado en la puerta murmurando.
--mi amor. ¿¿porque?¿porque?
,Al día siguiente, Gustavo está tomando un café. Anda solo en slips. Oye que Ignacio se levanta. Reconoce el sonido de los bastones.
--Ahora voy a ayudarte.
--¡¡no. no.¡ ¡¡puedo solo.¡ ¡¡tengo que acostumbrarme a hacer las cosas por mi mismo.
Gustavo lo acepta con resignación. Toma su café y no dice nada. Ignacio cada vez se mueve con más naturalidad con los bastones. Gustavo echa de menos los tiempos en que era el sostén del joven pero le alegra ver que se esta espabilando, que almenos su cuerpo está recuperado. Ahora lo que más les duele a ambos es el doler del alma. Ignacio se impacta al verlo en slips. Muy estrechos, le marca todo mucho. Se sofoca porque es su hermano y no sólo lo ama si no que se muere de ganas de lanzarse sobre él y hacerle el amor. Se da la vuelta ruborizado.
--Tapate. --le exige Ignacio con dureza.
--siempre fui así y te gustaba. --dice Gustavo pícaro, sensual.
--¡¡ahora me molesta.¡
--temes no poder controlarte.? --le pregunta Gustavo con ternura.
--si.
Es un si que le duele en el alma pero quiere ser honesto consigo mismo y también con Gustavo. Gustavo sonríe, quisiera tanto que su amado se pudiera olvidar que son hermanos y amarlo como si nada.
--no tendría nada de malo.
Ignacio siente que Gustavo es el mismo tipo depravado que conocio y que con tal de tener sexo no le importa nada. Eso le molesta.
--¡¡eres mi hermano.¡ ¿¿¿qué clase de bestia?¡
A Gustavo le duele los reproches de Ignacio:
--¡¡no vuelvas con eso.¡ ¡¡yo te amo. ser hijo de alguien es algo que es mucho más que una cuestión de esperma.¡¡¡ ¡¡sea quien sea quien preñó a mi madre Eugenio es mi padre. y por lo tanto yo no veo ningún inconveniente para que podamos amarnos.
--¿¿tu te acostarías con un hermano tuyo?
Gustavo se le acerca cariñoso:
--¡¡con mis hermanos de siempre no.¡ ¡¡¡por supuesto que no.¡ ¡¡contigo si porque un hermano no es la sangre. es algo más que no existe entre tú y yo.¡ ¡¡lo nuestro es amor carnal, pasión.¡
Ignacio se tapa los oídos. Llora.
--¡¡calla. calla. no me lastimes.¡
Gustavo sufre porque no lo tiene y porque lo ve angustiado. Lo acaricia y se estremece:
--hagamos como si nada. déjate llevar.
Sus labios se llaman. Casi se besan. El aliento de uno embriaga al otro. Ignacio aparta la cara. Los dos se quedan sofocados. Con ganas el uno del otro.
--¡¡luego me sentiría con una basura. esto no es fácil para mi.¡
--y para mi si? --le reclama Gustavo lloroso.
--tienes razón. es una tortura vernos. yo...
Gustavo no le deja seguir:
--no digas que te vas. no. ya me visto.
Gustavo entra al cuarto y se pone unos jeans.
--así mejor? o prefieres que me ponga una camisa.? --le pregunta Gustavo con ironía.
--No te burles de mi. Me lastimas. ¿porque no quieres entenderme?
--Yo te entiendo. ¿por qué no me entiendes tú?
Se hace un silencio entre los dos. Un silencio que los lastima a los dos. Gustavo agarra la camisa, los zapatos y deja la casa. No soporta la situación. Se acaba de vestir en la puerta. Llora sin entender porque se ha tenido que estropear su historia de amor.
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