sábado, 5 de diciembre de 2020

Capítulo 28



 Francisco y Fran suben al barco después de haber pasado un rato bajo el agua.

--¡¡ves como si que podía, campeón.¡

--¡¡bucear es lo mejor que hay.¡ ¡¡no entiendo como a mama no le gusta.¡

El hombre mira a su hijo muy amoroso. Con nostalgia piensa en Ana, en los años que llevan juntos. Desde que eran compañeros de la escuela. Ana está en su cuarto. Tiene un libro en la mano. Sonríe con ternura:

--yo leía este libro. tu te acercaste a mi.

Su voz juvenil pero sensual mientras le pregunta: ¿que libro es? aún retumba en sus oídos.

--Te miré y supe que sería tuya para siempre.

En su mesita de noche tiene una foto de sus dos hombres. La besa con cariño:

--gracias a ti mi primera vez fue mágica. todo fue mágico.

Llora al pensar que Francisco puede dejar de quererla por su necedad de querer hacer las cosas bien. Quería la boda de sus sueños pero en realidad su único sueño es vivir siempre con Francisco y su hijo. Sus ojos se llenan de lágrimas.  Mira a su amado que le sonríe desde la foto. Seca sus lágrimas. Se levanta decidida.

--¡¡no te voy a perder¡

Decidida va a hablar con el sacerdote de la parroquia de su barrio donde pensaban casarse.






Claudia acompaña a Camilo a la casita.

--es que quiero que conozcas donde vivo. En realidad vivo al lado con mi hermano pero esta es mi casita.

Claudia esta algo nerviosa:

--si vienen tus padres. ¿¡que dirán de mi?¡

Camilo sonríe con ternura:

--pero es que yo estaré mas tranquilo. Me da miedo que nos vea tu hija.

--supongo que debes llevar muchas mujeres --dice ella molesta.

--Pues no. eres la primera. 

--No te creo --dice Claudia riendo.

--¡en serio, las mujeres las llevaba a casa de mi hermano¡

--¿y entonces?

El propio Camilo no entiende porque ha tenido tanto interés en que Claudia conozca su casa. Víctor los ve entrar desde la ventana, lo mira con mirada de depravado. Camilo se da cuenta, entra rápido porque no quiere que Claudia se sienta mal.




Envuelto en una sabana Camilo entra en la casa de su gemelo. 

--te agarro algo para tomar que yo tengo la nevera vacía.

Víctor lo mira con cara de degenerado. Le pone la mano en los hombros:

--¿¿y que ya has dejado satisfecha a la puta mayor?¡

--No le digas así --dice Camilo molesto.

Víctor se ríe:

--¡¡vaya esa puta te ha calado bien hondo. debe ser una bestia en la cama.¡¡ ¡nunca has defendido a ninguna mujer y no la has llevado a tu casa.¡ ¡¡siempre vienes aquí.¡ ¿¿que esta pasando?

Camilo abre una lata de cerveza que comparten los dos hermanos.

--No se de que me hablas.

Víctor le acaricia la cara:

--¡venga que soy yo. tu hermano. ¡¡¡siempre me lo has contado todo.¡

--Todo es como siempre. --tratando de que su gemelo no note cambios.

--¿y la dejas satisfecha? --pregunta Víctor con mirada libidinosa.

--Yo siempre dejo satisfechas a todas las mujeres.

Víctor sonríe excitado:

--¿porque no dejas que yo me la tire?

Camilo se pone en alerta:

--¡¡no.¡ ¡¡no te acerques a ella.¡

Víctor se le ríe:

--¡no me digas que te has enamorado de la viudita..¡¡ ¿¿¿tu??

Víctor esta incrédulo.

--No es verdad.

--El cazador casado. --riendo.

A Camilo le molesta mucho que su hermano se ría de él:

--¡¡sólo es un polvo.¡

--pues deja que yo me la tire.

--¡¡no.¡

Víctor mira a su hermano con cara de decir: ¿lo ves? Camilo lo manda bien lejos y se va hacia su casita con una bandeja de comida. Víctor se queda riendo.

--Camilo enamorado. ¿¿quién lo iba a decir?

Se acaba la lata de cerveza que ha abierto su hermano:

--espero que no sea un virus. sino me tendré que vacunar. --dice divertido.




Eugenio va a buscar a Jorge que está leyendo. Eugenio tiene la palabra sexo escrita en la cara.

--¿¿donde vamos esta noche?

--No hoy no. No tengo ganas de salir.

--¡¡es que yo quiero hacerlo.¡

Jorge le sonríe con cariño:

--por un día que te la jales no pasa nada.

Eugenio se molesta mucho:

--¡¡eres un egoísta.¡

Y se va a la casa grande muy enojado. Jorge lo llama.

--espera. espera.

Pero Eugenio no se para. Jorge sonríe:

--bien dice que el sexo es la peor droga. o la mejor. según se mire. 


Camilo y Claudia cenan un poco en la cama. Él la mira con cara de depravado:

--¿repetimos?

--Es que no quiero dejar a Hilaria sola.

Camilo la mira con una mirada seductor y ella no se le puede resistir.  Claudia jadea de placer mientras que un apasionado Camilo le vuelve a hacer el amor. Ella le clava las uñas en la espalda.

--te amo. te amo.--jadea ella.

El gime satisfecho.


Ana entra en el dormitorio de su hermana. Ángela esta como ausente.

--¿como estas?

--quiero estar sola.

Ana no la quiere molestar pero necesita saber algo:

--me quiero casar con Francisco. pero no quiero que tú te enojes conmigo. ¿¿te molestaría si me caso?

Ana tiene miedo de que su hermana se ofenda y tire a tierra sus ilusiones.

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