Hera está tumbada en una cama. Muy triste. Muy débil. Llora pero vive. Camilo le ha dicho mil veces a Víctor que tiene que ser fuerte por Hera. Víctor se derrumba. Se arrodilla ante ella y le besa la mano llora. Pese a su dolor, Hera consuela a su marido. Le preocupa más lo que le pase a él.
--ya sabes que perdí a tu hijo ¿verdad? --dice ella con un hilo de voz.
Víctor llora sangre:
--¡¡maté a mi hijo. lo mate.¡
El está llorando sobre la mano de su esposa. Con la otra ella lo acaricia con las pocas fuerzas que tiene.
--No sufras. No ha sido tu culpa.
Le entereza de Hera, su amor. El que no quiere hacerlo sentir mal hace que Víctor la ame aun más y le duele aún más lo que ha pasado.
--¡¡por culpa de mis miserias mira lo que te han hecho¡ ¡¡¡no merezco que me quieras.¡
A Hera lo único que le calma es tener a su marido al lado. Le da miedo que por culpa, porque ya no tiene a su hijo dentro de ella la deje:
--no me abandones --le suplica ella.
él la mira sorprendido. Habla con angustia:
--¡¡eres tú la que deberías dejarme a mi¡
--No quiero vivir sin ti --susurra ella con miedo a perderlo.
Enamorada, triste y con culpa él la mira lloroso:
--¿¿es que podrías olvidar que maté a nuestro hijo?
Ella fuerza una sonrisa:
--Lo que más miedo me da, lo que más me dolería es no poder volver a quedar embarazada. No darte ese hijo que tanto deseas y que me dejes.
Víctor se siente una basura por tener a su lado a una mujer que está dispuesta a humillarse por él. Se seca los ojos. La mira con amor:
--Yo no soy digno de ti. Me deberías dar una patada. Merezco…
Ella no lo deja seguir, le pone la mano en la boca y llorando le suplica:
--no te vayas. No me dejes..
Víctor la abraza:
--¡¡yo no te quiero perder. Yo te amo. eres la unica mujer que me amado. Yo hubiera preferido morirme antes que causarte esto dolor.¡
Hera lo acaricia entre lágrimas:
--perderte hubiera sido mi muerte.
Víctor la besa entre lágrimas:
--¡¡te amo. perdóname por lastimarte.¡
Hera lo besa con amor:
--te amo y si estás conmigo nada importa.
Víctor se aferra a ella:
--¡¡gracias por quererte.¡
Hera no deja de acariciarlo:
--a tu lado siento que estoy en el cielo.
--No sé que he hecho para merecer que me ames tanto pero gracias. Gracias --llora el.
Hera y Víctor lloran abrazados compartiendo su dolor. Camilo está detrás de la puerta. Conmovido. Abraza a sus hermanos. A su padre. Se alegra de que almenos Hera esté a su lado.
--que bueno que la prima lo quiere tanto.
Ahora que no tiene que animar a Víctor llora con angustia. Siente como suyo el dolor de su hermano.
Mientras Angélica se empieza a desnudar ante Manuel. Lo desea pero a la vez lo odia. Si le apetece acostarse con él pero no le perdona las formas así que se muestra fría:
--¡¡pues aquí me tiene. yo por mi hija algo cualquier sacrificio..¡
--No, tranquila.. Tampoco me gustan los regalos. --dice Manuel que no le ha gustado sentir que abusaba de ella.
Angélica aunque lo hacía como un sacrificio le apetecía. Manuel sonríe más amable:
--veo que hemos empezado mal.
Extiende su mano:
--soy Manuel --le guiña el ojo-- el padre de tu hija.
Angélica sonríe fascinada, le extiende la mano:
--me alegro que estés aquí.
Él la mira de una manera especial.
--no te quiero incomodar pero desde hace unas semanas me atormentaba la idea de tener un hijo y no saber nada de él, no saber si estaba bien.
--tu hija está muy bien.
--Lo sé.. la has cuidado como tu hija. De corazón te lo agradezco. --le dice él con cariño.
El la acaricia con ternura y ella se estremece. Piensa que tal vez ese joven tan guapo es el príncipe azul que ha estado esperando toda su vida.
--no te quiero incomodar. Te voy a dejar un dinero para la niña.
--no, no hace falta.
--quiero hacerlo, pero entonces no podre pagarme un hotel..
--¡¡te puedes quedar aquí.¡ --ella ansiosa.
El sonríe muy dulce. Ella lo mira tímida. Le encanta su sonrisa.
--solo serán unos días, luego me voy.
Ella se queda triste:
--¿te vas?
Le gusta ese chico. Por unos segundos se había hecho planes de una vida con él y le duele que él no tenga intenciones de quedarse.
Susana está presa. Ana está con su abogado alegan en su defensa enajenación mental transitoria. Francisco está apoyando a su esposa. Le da pena ponerse en contra de sus hermanos pero no quiere arriesgarse a perder a su esposa. La nota como ausente y teme perderla. En la noche en su casita, mientras ella acuna a la pequeña, Francisco la abraza por la espalda:
--¿y qué hacemos?
Ella deja a la pequeña y abraza a su marido:
--¿¡que quieres que hagamos? ¿quieres que dejemos esta casa?
Francisco lo mira con miedo:
--lo único que quiero es no perderte.
Ana lo abraza para tranquilizarlo:
--no me vas a perder.
Ella mira a su alrededor:
--esta es tu casa. El lugar que yo imaginé para nosotros. Si a alguien le molesta que venga y me lo diga.
--A nadie le molesta. es por ti --dice él acariciándolo.
--Yo prefiero separar las dos familias. Mi madre por un lado y tus hermanos por el otro. No dejemos que nos afecte cosas de otros.
Francisco se aferra a ella:
--¡tenia tanto miedo de perderte¡
Ella le sonríe, lo besa:
--no me vas a perder.
Ana lo mira coqueta. Se va desnudando mientras arrastra a su marido hacia la cama.
Días después. Víctor acompaña a Hera a su revisión. La herida de bala está cicatrizada pero no las heridas de dentro. Víctor toma la mano de su esposa. Sonríe. Está siempre pendiente de ella. Lo único que le importa es que están juntos, que se aman. Ella tiene miedo. Nunca pensó que Víctor fuera un hombre que se dejara cazar y teme que la deje si no si logra embarazar. El doctor es claro:
--Veo muy difícil que la señora pueda tener algún día un hijo.
Hera se derrumba. Tiene miedo de perder a su marido. Víctor la besa con ternura. Camilo en su casa mira a Victoria mientras juega. Tiene miedo que si su hermano no puede tener más hijos se la reclame.
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