martes, 8 de diciembre de 2020

Capítulo 70

 







Gustavo no está dispuesto a que Ignacio se vaya de su vida.

--¡¡es que no es justo. Raúl nunca fue tu padre y mucho menos el mío.¡ ¡¡ no puedes renunciar a lo que nos hace felices. Eso nos condenará a los dos.¡

Ignacio habla con tristeza:

--Tú me olvidaras fácilmente.

--¡¡no hables por mi. --dice ofendido-- De acuerdo que tu solo te has acostado conmigo y yo me he acostado con muchos pero sólo te he amado a ti.¡ ¡¡jamás nadie me ha despertado sentimientos de amor.¡

Los dos están muy tristes. LLenos de amargura.  Ninguno de los dos quiere aceptar que es el final. Aunque siempre es Gustavo el más lanzado en esta ocasión es Ignacio el que toma la iniciativa:

--Tal vez confundimos nuestros sentimientos y con el tiempo nos demos cuenta que no era amor lo que sentimos.

--¡¡Eso no te lo crees ni tu.¡

Nunca Ignacio había visto a Gustavo con la mirada tan triste como ahora. Llorando como ahora.

--Me parte el alma verte así --le dice Ignacio triste-- me haces sentir un ingrato.

Gustavo acaricia la mejilla de su amado hermano:

--pues no me eches de tu vida.

Ignacio tiembla de emoción al sentirse acariciado:

--No puedo dejarme llevar una vez más.

--¿¿porque?

Gustavo habla desesperado, su voz suena temblorosa. Tiene un nudo en la garganta.

--Eres mi hermano y estar contigo sin amarte me es imposible y amándote me sentiría mal.

--¿¿porqué si nunca nos sentimos hermanos? No nos tenemos que dejar influir por lo que diga la gente.

--Lo siento. me voy.

Gustavo le agarra de la mano.

---¡¡no me dejes.¡ --le ruega.

Ahora es Ignacio el que le ruega:

--déjame ir.

--¡¡es que me estas matando si me dejas. Ahora no sabría que hacer sin ti.¡

Ignacio sabe que si se queda más rato con su hermano (le horroriza pensar en Gustavo como hermano) acabara en la cama con él y prefiere sufrir y tratar de olvidarlo que amarlo atormentado.

--¿quieres que te odie?

--No me digas eso. --Gustavo triste.

--pues déjame ir. --con dureza.

--Almenos espera que camines sin bastones.

--Cuanto más tiempo es peor. Más vamos a sufrir.

--Te vas con tus padres.?

--¡¡no. a ellos no les pienso decir nada. Nunca tuve padres. ahora no los quiero. Sólo han servido para destruirme la vida.¡

Gustavo lo ve tan triste, tan desvalido que lo quiere abrazar pero Ignacio no se deja. Se hace el fuerte.

--¿donde vas a ir? --Gustavo.

--No se.

--Porque no te quedas aquí. Yo me puedo mudar. o te puedes ir a otra casita. No tenemos que dejar de vernos.

--Es lo mejor. Creo que voy a sufrir más viéndote a diario sin tenerte. No lo voy a resistir.

Gustavo le sonríe con tristeza. Sigue hablando.

--viajaras?

--No lo creo. --dice Ignacio tristemente-- yo quería viajar contigo.

Gustavo, lo abraza. Lo siente vibrar.

--déjame que venga contigo, nadie sabrá que estamos juntos. yo...

Ignacio le da un dulce beso en los labios que ambos saborean, un beso con sabor a lágrimas.

--es el ultimo.

--por favor.. vámonos juntos. lejos. --Dice Gustavo desesperado.

--Yo no podría vivir de la culpa que sentiría. --ignacio atormentado.

--¿y entonces? Ya no hay nada más que decir.

Ignacio no contesta.

--no, todo está dicho entre nosotros. –Gustavo angustiado.

Se miran con los ojos enrojecidos, rotos del dolor. Gustavo le hace un talón.

--no por favor.

Gustavo se lo da:

--acéptalo. por favor. Me sentiré mas tranquilo.

Los dos se miran frente a frente. No pueden creer que sea el final, que después de todo lo que han pasado juntos ahora sea el momento de separarse. Procuran controlar sus lágrimas para no angustiar más al otro.

--Voy a recoger mis cosas.

--¿¡como le harás? Deja que te ayude.

--Me colgaré el bolso.

Gustavo no soporta verlo recoger sus cosas. No quiere verlo irse y ahora si para siempre. Se encierra en su cuarto.  Lanza por los aires todo lo que encuentra. Maldice a todo el mundo. Está furioso. Dolido. A Ignacio le da pena no volver a verlo pero piensa que tal vez así es mejor.  Ignacio llama un taxi. Justo en el momento que ya iba a salir, Gustavo se le acerca. Corre hacia él. Lo abraza entre lágrimas.

--cuídate mucho. No te olvides de mi. Si puedes mándame ni que sea una postal para que sepa que estás bien..

Gustavo lo va acariciando amorosamente. Ignacio no quiere llorar pero no puede evitar que se le escapen las lágrimas.

--llámame si necesitas dinero. si tienes algún problema.

Ignacio va haciendo que si con la cabeza. Gustavo sigue hablando:

--sobretodo no tengas pena puedes volver cuando quieras. Yo no quiero sólo sexo. Lo que más me preocupa es que estés bien, que seas feliz. Podemos buscar una solución.

--Lo tendré en cuenta. Por ahora lo mejor es que me vaya.

Gustavo lo vuelve a abrazar. Ninguno de los dos se quiere separar. El taxi toca el claxon. Es Ignacio el que se separa, se va sin mirar atrás. La mirada de Gustavo aun lo convencería. Hasta que no ve irse el taxi, Gustavo tiene esperanzas. Se queda deshecho. Jorge ve la marcha de Ignacio. Entra en la casita de su hermano que entre lágrimas le suplica:

--no me digas nada. solo abrázame.

Jorge lo abraza y Gustavo solo llora:

--¡¡porque ha tenido que ser así.¡ ¡¡¿porque precisamente yo he tenido que ser el hijo de ese hombre.?¡¡ ¡es que no podía ser otro.¡?

Jorge lo consuela. No le dice nada aunque piensa que menos mal que no fue él el hijo del ex de su mujer.

 

Raúl ha querido ir ver como se han quedado sus hijos pese a que no lo acepta. En el camino pasa a ver a Rosana. Esta no lo recibe muy cordial. Se queda en la puerta. Raúl tiene muchas ganas de hablar con ella. Jorge sale de la casa de su hermano. Ve al ex y se acerca deprisa.

--Si vienes a ver a tus hijos no es el momento. Además. Ignacio se fue.

--No. quiero hablar con Rosana.

Jorge abraza a su esposa. Ninguno de los dos le permite pasar. Raúl está muy emocionado:

--¿¿que ha sido de tu vida? Me fui de viaje y al regresar habías vendido el departamento. Me dijeron que Hortensia murió al dar a luz.

--si. si.

Al encontrarse con Raúl Rosana lo que temía era tener que dar explicaciones.

--¿quien es Hortensia? --pregunta Jorge quien se siente desplazado porque no sabe bien de qué hablan.

A Raúl le gusta darse cuenta que Jorge no sabe mucho de la vida de Rosana. Le hace sentir que fue importante en la vida de Rosana y presume de ello:

--eran como hermanas. supongo que te ha hablado de ella. --dice con ironía. 

Jorge la fulmina con la mirada. Llora un bebe. Raúl no lo duda.

--es el hijo de Hortensia¿no? ¡¡que bueno que te lo quedaste tu.¡

Rosana está al borde del infarto.




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