miércoles, 9 de diciembre de 2020

Capítulo 116

 


A Rosana le ha caído muy bien Georgina. La recibe con mucho cariño.

--que gusto tenerla aquí. Jorge la quiere mucho. Yo creo que nos vamos a llevar muy bien.

--eso espero, querida. Espero que me veas como a una madre. Aunque debía decir tu abuela.

La anciana tiene una exagerada risa muy contagiosa. Rosana le sonríe. Mira hacia atrás.

--espera a alguien, querida? --pregunta Jorge con ironía.

Jorge sonríe con disimulo. Se da cuenta que a la mujer le duele que él no esté.

--porque no viene él.?

La anciana Jorge acaricia el rostro de su amada con ternura. Él se estremece. Se le nota el deseo en la cara aunque Rosana cree que son imaginaciones suyas. La dulzura de la voz de la falsa Georgina tranquiliza a Rosana:

--ay querida. No la quiere ver. Está enojado con usted.

Rosana sufre. Se le escapa unas lágrimas. A Jorge le llena de ternura. Tiene que hacer un esfuerzo para no besarla, para no decirle que es el, que la ama.

--que pena me da. Lo siento, querida.

Rosana lo abraza. Jorge esta que se derrite por ella, no se puede controlar. Sus senos, su trasero. Está excitado y hace semanas que no está con una mujer. La acaricia con mucha fuerza, cerca del trasero. A Rosana de nuevo le parece que esa anciana tan dulce se está tomando demasiadas libertades con su cuerpo pero prefiere pensar que son imaginaciones suyas. Le gusta hablar con la venerable anciana que la mira con ojos de sátiro.

--lo quieres mucho.?

Jorge está muy nervioso. Al fin sabrá cuales son los sentimientos exactos de Rosana.

--lo amo.

Jorge se da la vuelta.  Ya no podía ocultar su amor. Su gesto de victoria, alza la mano contento. Sonríe satisfecho. Luego vuelve a mirar a Rosana y con dulzura le dice:

--no me quieres contar lo que pasó.

Rosana seca sus lágrimas:

--no la quiero molestar con mis cosas. Recién la conozco.

Jorge cierra la puerta, la toma del brazo:

--ay querida, yo siento que te conozco de hace mucho.

La lleva al sofá para que se siente.

--Preparo un café para las dos y me cuentas.

Jorge va directo a la cocina.

--¿como sabe donde esta?

Jorge se ríe para disimular:

--No lo sé, querida. Lo supuse. ¿acerté?

Aunque siente algo extraño sobre esa anciana, se siente a gusto a su lado.

--¿no necesita ayuda?

--No querida. Me las arreglo sola.

--pero no encontrará las cosas.

Jorge ya lo tiene todo apunto.

--Me costará un poco para ya me las arreglaré.

Jorge está muy ansioso. Tiene muchas ganas de ver que le cuenta sobre él. En seguida llega con el café y unas galletas.

--puse unas galletitas que encontré, querida.

--vaya, que rapidez.

Jorge se ríe con esa risa tan particular que ha ensayado. Se sienta junto a Rosana, muy pegada a ella. Está muy encendido. Piensa que menos mal que lleva mucho relleno porque está sintiendo una fuerte erección. Aunque su mirada, su interior es el de un lobo hambriento (y Rosana se da perfecta cuenta de eso) su voz es muy tierna y a Rosana le hace sentir muy bien.

--cuéntame, querida. ¿cuál es tu problema? Yo sé escuchar muy bien. Me puedes contar lo que quieras.

Rosana no la mira a los ojos porque su mirada no le gusta nada pero su voz la hace hablar. Entre galletita y galletita le cuenta:

--que soy una mentirosa pero lo amo y Jorge no quiero comprender que el miedo a perder a la persona que ama nos hace cometer tonterías.

Jorge suspira enamorado.

--¿se siente bien? --pregunta Rosana sorprendida por la sonrisita enamorada de la anciana.

Jorge está muy contento pero sabe que se tiene que controlar si quiere estar seguro de lo que Rosana siente por él. Sigue preguntando procurando que no se le note su ansiedad:

--en serio lo amas mucho?

Rosana sonríe enamorada:

--daría mi vida por el

Jorge esta feliz. Mira a Rosana con cara de enamorada. Tiene ganas de besarla, Rosana se aparta de ella. Le acerca el plato con las galletas:

--una galletita?

La anciana fuerza una sonrisa:

--gracias, querida.

Rosana no la mira y de nuevo sucumbe a la voz de la supuesta anciana

--y él lo sabe.? ¿le has dicho que lo amas? Estoy segura que él no sabe lo importante que es para ti.

--no me quiere escuchar. --dolida.

--a mi él me dijo que estas con el por el hijo.

--¡¡No. Yo me sentí atraída por Jorge el primer día que lo vi¡ ¡¡me enamore de el por la foto que tenia mi amiga. Tal vez si no hubiera sido el padre de mi hijo habría ido más despacio pero lo habría amado igual.¡

Jorge mira a Rosana con ojos de depravado. No se puede controlar y le pone la mano en el muslo. Por debajo de la falda. Rosana se levanta de golpe:

--¿¿pero qué hace?

Jorge está muy sofocado.

--¡¡es que tengo calor.¡

Se va corriendo a la cocina. Busca agua fresca de la nevera y se tira un vaso en toda la cara. Rosana está en la puerta viéndolo con el rostro desencajado por la sorpresa:

--le pasa algo señora.?

--No. nada. Estoy bien.

Sale de nuevo al salón:

--sígueme contando.

Jorge no deja de sonreír. Ahora si no le cabe ninguna duda de que Rosana lo ama y está feliz. No puede dejar de sonreír. Mira a Rosana, la desnuda con la mirada. Rosana ya no puede hacerse la tonta. ¡A esa anciana le gusta ella¡

--¿que está usted mirando?

--ay querida, eres muy linda. --dice enamorado.

--si. Eso me pareció. --incrédula.

La anciana se ríe:

--¡¡es una broma.¡

A Rosana le encanta esa anciana pero no deja de mirarla pues hay algo muy raro en ella. 


Francisco y Ana que lleva a su hija en brazos entran en su casita.

--¿seguro que quieras entrar? Yo hace mucho que no vengo.

Ana hace que si con la cabeza. Tiene un nudo en la garganta. Esta muy emocionada. Francisco deja las cosas de la pequeña en el piso. La maleta que han traído y toma a la pequeña. Ana se emociona. 

--es como si no hubiera pasado el tiempo.

Le tiembla la mano al entrar en la habitación que era de su hijo. Francisco la mira tembloroso.

--No lo hagas.

Ana queda conmocionada.

--¡¡todo está igual..¡

Ana se sienta sobre la cama abrazando llorando el spiderman de peluche de su hijo.  Francisco la mira angustiado. No se atreve a tocarla. Teme que ella lo rechace. Teme que el haber vuelto haga que todo entre ellos acabe.



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