Carmen duerme al lado de su marido aunque son como extraños. Habla con su sobrino por teléfono.
--¿viste la hora que es?
--¡¡Ignacio esta grave.¡ ¡¡¡te necesito.¡ ¡¡les he dicho que soy el primo pero no me hacen caso.¡ ¡¡necesito que vengas. que digas que eres su abuela.¡ ¡¡que hagas presión.¡
--pero es que yo.
Gustavo no la deja seguir:
--¡¡es tu nieto.¡¡
Gustavo está desesperado. Siente que la vida de su adorado primo se le está escapando entre las manos y él no puede hacer nada para ayudarlo. Almenos quiere que aunque en su lecho de muerte su familia se haga responsable de el.
--mi hija no lo quiso. --se justifica Carmen.
Con un hilo de voz Gustavo le suplica:
--¿y a mi no me quieres? hazlo por mi. tía estoy solo.
Gustavo esta solo en la sala de espera. Esperando. Esperando noticias.
--Doctor por favor.¡¡¡
Ruega pero no le dicen nada.
--¡¡enfermera por favor¡¡
Y de nuevo el silencio. Ve entrar y salir gente pero no sabe nada. Se levanta se sienta. LLora. Da puñetazos a la pared. Carmen se lo encuentra sentado con la cabeza entre las rodillas llorando muy angustiado. Siente pena por él. Le pone la mano en los hombros y con cariño menciona su nombre. Gustavo se levanta. Al fin alguien lo acompaña. Abraza a su tía desesperado. Llora. Gustavo está muy nervioso.
--¡¡esto es desesperante tía.¡ ¡¡nadie me dice nada.¡ ¡¡no sé lo que pasa.¡
Carmen se conmueve de él pero no puede sentir a Ignacio como algo de ella. Acaricia a su sobrino maternalmente:
--ahora voy a preguntar.
--¡¡si por favor.¡
Carmen habla con el doctor. Gustavo se queda esperándola. La espera se le hace eterna. Esta totalmente hundido. Cuando vuelve Carmen, al ver su cara, el alma se le cae a los pies. Se teme lo peor. Se lleva las manos a la cabeza. Llora sangre.
--hijo, tienes que ser fuerte.
Gustavo llora:
--no me digas que.
No se atreve a decirlo. Carmen es muy amorosa con su sobrino:
--no. no.
Eso lo alivia.
--pero no te hagas muchas ilusiones. Esta muy mal. Los médicos no dan muchas esperanzas.
Gustavo grita. Llora. Carmen lo abraza.
--lo siento mucho.
Gustavo está roto de dolor.
--¡no. no.¡
Se niega a aceptarlo.
--¡¡porque él y no yo.¡¡
Carmen lo abraza. Lo abraza. Gustavo lo mira con ojos de sangre.
--¡¡quiero verlo.¡¡quiero estar con él.¡
--No se puede entrar.
--¡¡aunque sea un momento. por favor.¡ --suplica.
Carmen lo agarra de la mano. Se acerca al doctor.
--¡pero solo un minuto.¡
Carmen se queda fuera. Gustavo se derrumba al ver a su primo como muerto entubado. Sus ojos llenos de lágrimas. No puede creer que este viviendo esto. Acaricia la frente a su primo con cuidado ya que tiene también un cable que lo conecta a una maquina. Gustavo se descorazona al ver más de una veintena de maquinas a las que su primo esta entubado. No soporta verlo así tan lastimado, con golpes en todos los lados. Sin vida apenas, sin voluntad. Con máquinas que lo hacen todo por él, que respiran por él. Gustavo besa la mano de su primo tratando de transmitirle un poco de su calor, de su vida. Le habla con un hilo de voz.
--¡¡no me hagas esto. No me dejes.¡¡
Lo llama una y otra vez con la esperanza que abra los ojos.
--despierta. siempre hacías lo que yo te decía. demuéstralo ahora. despierta. despiértate.
Llora besando la mano de Ignacio.
--me muero sin ti. te amo. te amo mucho.
Lo ha dicho desde el dolor. Desde su corazón. Una enfermera le dice que tiene que salir. Gustavo le ruega:
--un poco mas.
--Lo siento. la abuela ha autorizado que lo vea. pero sólo en horas de visita. tiene que esperar hasta mañana.
Mira a Ignacio con angustia. Trata de hablar con calma, de transmitirle fuerza:
--eres un luchador aunque no te lo creas. no te dejes vencer.
La enfermera le insiste en que tiene que irse. Gustavo lo besa en la frente. Muy cerca del oído con la ilusión que lo oiga:
--no me dejan quedarme contigo pero estoy a un paso, me quedare ahí. de aquí saldremos los dos juntos.
Lo mira. No quisiera dejarlo. La enfermera lo va empujando. Gustavo lo mira con cariño a Ignacio:
--te quiero.
Justo en la puerta lo está esperando Carmen. Le dice si ella quiere verlo pero no tiene ningún interés. A Gustavo le duele que ni en esos momentos su familia quiera estar con Ignacio. Igual no es lo que más le preocupa. Abraza a su tía llorando.
--¡¡no se puede morir. no se puede morir.¡ ¡¿¿qué voy a hacer sin él??¿¡qué voy a hacer sin él?
Gustavo no tiene consuelo. Carmen tiene ganas de preguntarle de donde le nace tanto amor hacia un primo que recién conoce de unas cuantas semanas pero no le parece el mejor momento. Regresan a la sala de espera. Esa sala en donde el tiempo es diez veces más lento. Gustavo empieza a dar vueltas. Nervioso. Preocupado. Se lleva las manos a la cabeza. Carmen le trae un chocolate caliente. Hace que se siente. Es muy cariñosa con él. Tomar algo lo relaja.
--¿te quedarás toda la noche? porque no vas a descansar.?
--¡¡no, no podría.¡ ¡además no lo puedo dejar solo.¡
--yo vengo en la mañana. avisaré en casa de lo que ocurre.
--gracias por todo.
Carmen lo besa. Gustavo se queda de nuevo solo con el corazón en un puño. Gustavo pasa toda la noche medio en vela. Con la cabeza apoyada en la pared. A veces se levanta. Mira la puerta tras la cual Ignacio está protagonizando la batalla más dura de su vida. Trata mentalmente de darle ánimos. Fuerza.
Jorge despierta a Rosana con el desayuno.
--buen día, señora Mendoza. ¿como esta? --dice el dulce.
--Enamorada. Feliz.
Se sonríen. Y se besan.
--tenemos el tiempo justo para darnos una ducha y tomar el avión. Europa nos espera.
Rosana abraza enamorada a Jorge. Le parece un sueño todo lo que está viviendo.
Mientras en Cancún Ana y Francisco viven una luna de miel con su hijo. Francisco despierta al pequeño que duerme en la habitación de al lado.
--tenemos buenas noticias. ¡¡tu madre se ha encontrado a una amiga de la infancia. y me ha pedido permiso para pasar toda la mañana con ella.¡¡
Padre e hijo se miran con complicidad. No tardan en salir a navegar. Los dos solos a bucear.
--¡¡esta zona es preciosa. te va a encantar.¡¡
Ana esta oliendo unos perfumes. De repente siente una punzada en el alma. Se le cae el frasco. Se queda angustiada. Padre e hijo bucean. Todo está bien. De pronto el niño se ha enredado el pie con una planta del fondo. No lo puede sacar el pie. Francisco estira de él. No puede. Va directo al pie. Tampoco. Esta desesperado. Con un solo brazo sano le cuesta más todo. Sube a la barca. Agarra un puñal pero no puede cortarla. El niño no se mueve, a Francisco le falta el aire pero no está dispuesto a dejar a su hijo. Acaba perdiendo el conocimiento sin haber logrado rescatar a su hijo.
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