miércoles, 9 de diciembre de 2020

Capítulo 87

 




Ángela queda muy sorprendida por la propuesta de Camilo.

--¡¡estas loco¡

--No crees que tu hija merece un hogar?

--Si pero ¿casarse? Podemos vivir juntos pero ¿casarnos?

Camilo se siente desesperado por todo lo que le ha pasado y quiere aferrarse a Àngela como salvación:

--Es una forma de corregir el pasado y de legalizar a la niña. Que sea nuestra hija.

--Lo sé pero. ¿y el amor?

Camilo la mira fijamente:

--tu aún sientes cosas por mi hermano ¿no?

Ángela mira a su hija para asegurarse que no escucha. Hablan flojo y están alejados de la niña.

--Victoria no nos escucha.

Ángela siente algo muy fuerte por Víctor, algo que la arrastra hacia él y al mismo tiempo lo odia.

--Hicimos el amor, pero él no ha cambiado.

Camilo la toma de la mano:

--tu nunca nos conociste por separado. ¿amabas a Víctor? ¿te enamoraste de él?

Ángela sonríe fascinada. Se estremece al recordar su primera vez:

--Era el hombre de mis sueños.

--¿estás segura que no me amaste a mi? No puedes saber cuando éramos y cuando el otro.

Ángela lo acaricia:

-- eres igual a él.

--¿y porque no darme una oportunidad? --dice él ansioso.

Ella se está dejando llevar por la ternura que hay en los ojos de él:

--me enloquecía sus ojos tiernos y su pasión salvaje. Ahora me doy cuenta que nunca tuve las dos cosas. Los ojos tiernos eran los tuyos.

Camilo le agarra las manos y se las besas:

--¿y porque no intentarlo?

--Porque tú amas a otra.

--Entre Claudia y yo ya no puede haber nada.

--¿porque?

--Ahora lo único que me importa es el bienestar de la niña. Victoria es la única hija que podré tener en mi vida, quiero que se quede a mi lado, quiero que la niña tenga un hogar, unos padres.

Y aunque creían que Victoria no los escuchaba, la niña aparece en medio de los dos. Contenta.

--¡¡di que si. di que si.¡

Camilo se agacha y la besa con ternura:

--princesa, no hay que meterse entre las cosas de adultos.

Victoria lo abraza:

--¡¡yo quiero que tú seas mi papa.¡

Camilo se aferra a la niña. No le dice nada para no presionar a Ángela pero mira a la mujer con ojos de ruego. Ángela sabe que está cometiendo la locura de su vida pero dice:

--sí. me caso contigo.

Camilo no oculta su satisfacción. La niña tampoco.

--¡¡yupi. yupi.¡ ¡¡¡tendré una mamá y un papá.¡¡¡lo que siempre soñé¡

Camilo se levanta. Mira a Ángela. La pequeña está al pendiente de todo lo que dicen.

--te juro que haré todo lo que sea para que salga bien.

La niña los mira:

--¡¡beso. beso.¡

Camilo la sonríe. Mira a Ángela y la besa en la mejilla. Cerca del labio. Luego agarra a la pequeña y le hace cosquillas. Juega con ella.

--te toca elegir cuarto, a ver cuál te gusta.

La niña recorre toda la casa. Feliz. Ángela ve a su hija tan contenta que cree que merece darle lo que no le dio en el pasado. Mientras la pequeña salta en todas las camas la mamá la regaña pero Camilo la consiente. Ella le agarra de la mano a él:

--gracias por querer a mi hija.

Camilo mira a la pequeña y dice:

--Gracias a ti. No sabes el bien que me has hecho.

Luego de un rato de ver a la pequeña jugar, la niña les dice que se queda con uno de los cuartos pequeños. 

--el mayor es el de ustedes ¿no?

Ángela y Camilo se miran nerviosos. Ángela se acerca a su hija:

--tenemos que ir a casa de la abuela.

--¿tengo una abuela?

--No, tienes dos. --dice Camilo.

Camilo mira a Ángela y dice:

--creo que la boda será una oportunidad para que la niña conozca a todos, yo prefiero que la dejes conmigo. Se pueden quedar desde ahora.

Victoria lo abraza a él:

--yo me quiero quedar. ¡¡ya traje mi maleta.¡

Camilo carga a la pequeña en sus espaldas.

--¡¡vamos a buscar sus cosas. señorita.¡ --dice cariñoso.

Ángela va a abrir el auto. Es ella la que lleva la maleta. Acuerdan que mientras que Camilo instala a la pequeña ella irá a casa de su madre. Camilo y Victoria actúan ya como padre e hija. Ángela los mira emocionada aunque lamenta que no sea Víctor el que esté a su lado. Le tiene hechizada la loca salvaje pasión del otro gemelo.




Francisco sigue instalada en la Casa Grande. No se ha visto capaz de regresar a su casita. Le atormentan los recuerdos. Está en la ducha. Llena su cuerpo desnudo de jabón. Luego lo recorre con las manos para aclararse. Ana y Fran están siempre en sus pensamientos. Años de besos, caricias y amor compartidos con su pequeño. Sus ojos se llena de lágrimas. La amargura se ha apoderado de su rostro. Lleva una barba bastante desarreglada. La tristeza de su mirada estremece. Pone la cabeza bajo el chorro del agua para relajarse un poco. Sale totalmente desnudo, secándose con la toalla. Se sienta en la cama.  Agarra la foto que tiene en la mesita en la que esta su familia rota. Abraza esa foto y se tumba en la cama llorando. Muy lejos de ahí, Ana esta tumbada en una cama leyendo. Aunque ha tratado de borrarlo de su mente como un flash se le viene en mente imágenes de esa felicidad destruida por la tragedia. Con tristeza pero a la vez con un dulce recuerdo piensa en el, en el que aun es su marido:

--¿que será de él? ¿en serio estará mal?

Siente culpa al pensar en la desgracia del que ha sido el único hombre en su vida cuando ella es tan feliz. Se levanta y va hacia la cuna de su bebita. La acaricia:

--Mi luz. Mi sol. Tu salvaste mi vida.

Su bebé ha borrado el dolor, el rencor. Pero no quiere olvidar. Por momentos piensa que no es justo no querer compartir su felicidad con su marido. Luego siente miedo del pasado. Le ha costado mucho llegar a donde está y tiene miedo que meter a Francisco en su vida rompa su equilibrio. La bebita llora. Ella la toma entre sus brazos. Le habla amorosamente. Siente que es como una señal, siente que Francisco aun es un peligro. Besa a la pequeña:

--no mi vida. Papá no es digno de nosotras. Solas seremos muy felices.

Le canta una linda canción de cuna, la mira feliz mientras vela su sueño. Mientras el llanto es la única canción que escucha Francisco en los últimos meses. El llanto de su alma. 


Tanto Susana como Daniela se quedan heladas al descubrir que Ángela ha mantenido oculta una hija de Víctor. Tanto la madre como la menor de sus hijas sienten celos y rabia. También algo de culpa. Susana se siente sucia por haberse acostado con el padre de su nieta. Lo mismo le pasa a Daniela. Susana no entiende muy bien que pinta Camilo en la historia pero prefiere que sea éste y no el hombre con el que compartió cama su marido. Igual lo que más le preocupa es esa nieta de la que no sabía nada.

--¡¡como que tienes una hija.? ¡Otra nieta oculta.¡ ¿¿que tienen Ana y tú en la cabeza?¡

Ángela y Daniela no pueden creer lo que oyen.

--¿¿¡como que otra.? ¿Ana tuvo una hija.? ¿de quién? De francisco no sería muy cruel pero… 

La mirada de la madre no deja lugar a dudas:

--¿¿es de Francisco?

A las chicas les parece muy cruel lo que ha hecho Ana. Susana no confirma nada. Sólo dice:

--no debe saberlo nada.

A Daniela le parece una buena oportunidad de vengarse de toda la familia Mendoza.

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