miércoles, 9 de diciembre de 2020

Capítulo 114

 





Víctor se siente culpable por lo que ha pasado. Esta tumbado en el sofá. Hera le acaricia la cabeza amorosamente.

--Ya no pienses en lo que ha pasado.

--pero es que tal vez si yo las hubiera tratado mejor,  esto no habría pasado.

--Yo sé que no has sido ningún santo, que te has aprovechado de las mujeres todo lo que has querido pero no ha sido con maldad.

A Víctor se le escapa las lágrimas:

--Espero no tener nunca una hija y que la vida me cobre en ella todo el daño que yo he hecho.

Hera besa las lágrimas de su amado:

--A mi me hubiera dolido mucho que me dejaras pero lo habría superado. No es tu culpa si una mujer enloquece por muy mal que te hayas portado con ella.

Víctor siente una gran angustia:

--Pero es que abusé de Daniela. Ella perdió la virginidad en mis brazos pero estaba borracha y yo después la tiré. Ella no lo superó.

Hera es muy dulce con su atormentado esposo:

--No era una niña, sabía lo que hacía.

Pero eso no le consuela a Víctor.

--Yo te amo. --agarra la mano de él y se la pone en el vientre--y nuestro hijo también te va a querer mucho.

Víctor besa el vientre de su esposa:

--no merezco la oportunidad que me ha dado la vida.

Hera le pone las manos en las mejillas:

--si ha pasado es porque te lo mereces. No pienses en el pasado. Piensa en el futuro.

Hera está muy conmovida. Nunca había visto a su amado tan indefenso y eso hace que lo ame aun más.

--pero que va a pasar con mi hermano? ¡¡su hija va a sufrir mucho.¡

--Ángela nunca fue una verdadera madre para esa niña. Camilo será un buen padre, hará de esa niña una niña feliz.

El matrimonio se abraza fuertemente.  Él se siente a salvo en los brazos de su esposa.

--me gustaría ir al entierro pero también me acosté con Susana. No sé si será oportuno.

--No, no lo es pero si quieres ir, yo te acompaño.

--¿en serio? --pregunta él emocionado.

--Si --dice ella con una dulce sonrisa-- a partir de ahora lo haremos todo juntos.

Llaman a la puerta. Va a abrir Hera. Entra Camilo desesperado.

--pero ¿¿qué ha pasado exactamente?

Los gemelos se abrazan efusivamente. Víctor está muy triste:

--ha sido mi culpa. Daniela y Ángela estaban fuera de sí por mi culpa.

Los gemelos son ahora uno frente a la tragedia más que nunca.

--¿y tu hija? --pregunta Hera.

--En mi casita, con Gustavo. Aun no sabe nada.. --Camilo.

--voy a ir a verla –Hera.

Los gemelos se quedan abrazados un buen rato.

--soy un miserable, me creía invencible, que podía jugar con quien quisiera y mira las consecuencias.

Camilo lo besa con cariño:

--no soporto verte así. Los dos jugamos con las mujeres y estuvo mal pero no lo hicimos por mala gente sino por divertimos.

Víctor esta triste:

--es que no puedo mirarte a los ojos ¡¡Era tu mujer, me dijo que me amaba, me besó, quiso hacer el amor conmigo y su hermana también.¡

--te confieso que yo le di a Ángela permiso para que se metiera en tu cama.

--¿hiciste eso?¿tan mal concepto tienes de mi? ¿creías que me iba a acostar con tu mujer? --dice Víctor decepcionado.

Camilo lo acaricia:

--No me hagas sentir mal. No tenias un compromiso con Hera y yo sabía que no te iba a importar porque sabías que a mí me daba igual, que yo lo que quería era estar con Victoria, ser su padre.

--¿y ahora que va a pasar con esa niña? --dice Víctor con un hilo de voz.

--Yo la querré por los dos. lucharé para que sea una niña feliz. No necesitará una madre porque tendrá un padre que desde hoy le consagra su vida.

A Víctor y a Camilo le hacen bien estar juntos, abrazados. Están bastante tiempo así. Víctor le da un beso y un abrazo a su hermano:

--ve con tu hija. Ahora ella te necesita.

--¿estarás bien?

--si.

--te mandare a Hera.

Se abrazan, se acarician amorosamente. 






Camilo llega a su casita. Hera lo besa y lo deja solo. Gustavo también lo abraza:

--necesitas algo?

--todo bien.

--si necesitas algo me avisas.

Los hermanos se abrazan de nuevo con cariño. Victoria esta en el sofá haciendo que ve la tele. No hace preguntas pero sabe que algo malo le ha pasado a su mamá. Camilo la abraza. No sabe cómo explicarle la muerte de su madre. Se le escapa unas lagrimas pero más que por su esposa es por su pequeña. Victoria le acaricia la mejilla a su papá. Le seca una lágrima y muy triste le pregunta:

--¿mamá se ha ido al cielo?

Camilo la estrecha entre sus brazos. La pequeña llora en silencio. Le duele pensar que ahora que su sueño se hacía realidad se le va su mama. No se le hace justo pero tampoco dice nada para no poner mal a su papá. Camilo es muy cariñoso con ella:

--piensa que tu mamá se ha ido a hacer un hermoso viaje, entre las nubes. Desde allá lo observa todo y te cuida.

--pero yo nunca la veré,.. --triste.

Camilo la besa. La acaricia paternalmente:

--la verás en tus ojos.

Victoria no quiere perder esa familia que ahora tiene. Se aferra a su papá y con angustia le pregunta:

--no me vas a dejar nunca ¿verdad?

Camilo sonríe. Le seca las lágrimas. Le acaricia las mejillas.

--¡¡como te voy a dejar¡ --dice amorosamente-- Eres mi princesa. Lo más bello que tengo, yo voy a cuidar de ti hasta que sea viejito y ya no me necesites.

Ella lo besa y le dice con amor:

--luego te cuidare yo de ti.

Padre e hija se funden en un cálido abrazo. A él se le escapan las lágrimas angustiado por el dolor de su hija. Junto a Camilo la pequeña no tiene miedo:

--te quiero mucho. --nunca se había atrevido a decírselo-- papá.

Él soñaba con ese momento, con la primera vez que le llamaran papá pero no lo quería forzar. La mira lloroso pero no le dice nada.

--¿te puede decir papá, verdad? --pregunta ella con timidez.

Camilo llora de felicidad.

--¡¡nada me gustaría más¡

Victoria se aferra a su padre:

--te quiero mucho, papá --va diciendo una y otra vez.

 




A la mañana del día siguiente, Susana asiste al funeral ante las cenizas de sus dos hijas pequeñas. Su hija mayor, Ana. Esta con ella. Las dos mujeres están de negro. Muy tristes. Francisco esta detrás de su esposa. Apoyándola en un momento tan triste. Ana no puede creer que su regreso haya sido por unas circunstancias tan tristes. Ana y Eugenio llegan también. Susana se mantiene distante, Francisco abraza a sus padres. Aparecen los gemelos Mendoza. Víctor junto a Hera. Cuando Susana los ve se muere de dolor. Se lanza sobre ellos.

--¡¡ustedes son los culpables de la muerte de mi hija¡ ¡¡fuera.¡ ¡¡fuera.¡ ¡¡no los quiero ver. Fuera.¡

Francisco y Eugenio sujetan a la mujer. Anita se acerca a sus gemelos:

--es mejor que os vayáis.

Con un hilo de voz, Víctor dice:

--lo siento mucho, yo no quería que esto pasara.

Susana esta como loca. No lo quiere escuchar. Hera se lleva a su marido. Junto al auto llora. Se siente un miserable. Camilo mira la urna que contiene las cenizas de su esposa impresionado. Susana se enfrente a su yerno:

--¡¡VETE TU TAMBIEN¡ ¡¡no te quiero ver¡

Camilo defiende sus derechos:

--Ángela es mi esposa.

Llena de odio, Susana le da donde más le duele:

--¡te voy a quitar a Victoria. Mi nieta no se va a criar con un miserable como tú¡

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