jueves, 10 de diciembre de 2020

capitulo 123 (y ultimo)

  


Hera entra en el hospital con dolores de parto. Víctor esta a su lado. Los dos están nerviosos. Mientras preparan a la futura madre para el quirófano, Víctor se queda a solas con su gemelo. Se abrazan entre lágrimas:

--¡¡papá, voy a ser papá.¡

Víctor sonríe nervioso:

--¡¡estoy muerto de miedo.¡

Camilo se le ríe. Luego emocionado y cariñoso le dice:

--No sabes el gusto que me da que al fin seas padre. Me dolía tanto disfrutar de tu hija cuando tu...

Víctor no lo deja seguir:

--Victoria es hija tuya. Eso ahora nadie te lo puede discutir. Te lo dice la ley, te lo digo yo y te lo mereces. Te has consagrado a ella sin pensar en ti, olvidando que eres un hombre.  Nunca pensé que se pudiera estar tanto tiempo sin sexo y tú me has demostrado que es así.

Camilo tiene una sombra de tristeza al pensar en Claudia. No puede evitar hacerse esa pregunta:

--¿¿que será de ella?¿habrá encontrado el amor? –piensa.

Está seguro que sí y le duele pero no ha querido que nada se interponga en su relación con su hija que es su prioridad uno. Camilo besa a su hermano:

--Te mereces ser feliz. Te lo mereces.

Víctor está ilusionado:

--después de tanto esperar ¡¡al fin papá¡

El doctor va a buscar a Víctor para prepararlo.

--tengo miedo. --le dice Víctor a su gemelo-- es una pena que no puedas compartir esto conmigo.

--Ya hemos compartido suficiente cosas. Ahora cada uno tiene que vivir su vida.

Víctor  y Camilo se besan muy cómplices. Víctor se va muy ilusionado. Camilo se lo queda mirando con emoción. Siempre lo han compartido todo y no podía ser menos la ilusión ante la llegada del primer hijo del matrimonio. En quirófano, Hera grita, Camilo al lado de ella, le sujeta de las dos manos.

--¡¡ya viene. Un esfuerzo mi amor¡

Hera siente que ha cumplido una misión. Para ella era muy importante dar un hijo a su amado. Para ella era como la consagración eterna de un amor por el que siempre luchó pese a que la batalla parecía perdida. Un pequeño Mendozita llora en los brazos del doctor. Hera rompe a llorar.

--es nuestro hijo. Es nuestro hijo.

Sin soltar a su esposa, Víctor la besa en la frente. Luego mira al pequeño con ojos llorosos:

--Bienvenido a la vida. Camilo. --con la voz ahogada por la emoción.

Hera vuelve a los gritos. Agarra con fuerza las manos de su esposo.

--¡¡ahí viene el otro¡ --el doctor.

Víctor agarra con fuerza a su esposa.

--¡¡empuja mi amor. Empuja.¡

Son dos niños. Dos gemelos iguales cono él y Camilo.

Víctor llora de felicidad al ver a sus dos hijos:

--Mis dos machotes --dice con orgullo.

Hera está feliz. Ahora si su dicha es completa.

--dos niños como tu querías.--dice entre lágrimas.

Víctor la besa en la frente:

--Nunca una mujer hizo tan feliz a un hombre. Gracias por amarme. Gracias por amarme sin merecerlo.

Hera mira a su esposo, cansada pero feliz. Mientras se llevan a la madre al cuarto, Víctor sale a dar la buena nueva. Con él están sus padres, su suegra-tia y sus hermanos: Eugenio, Jorge y Francisco. 

--¡¡son dos niños. Son dos. Son Camilo y Víctor junior.¡

Todos aplauden, los gemelos se funden en un emotivo abrazo.




Días después. Los Mendoza-Itriago disfrutan de uno de sus espectaculares cumpleaños. los homenajeados son Eugenio que cumple 21 años y Jorgito que al día siguiente cumple los 3. ¡feliz cumpleaños Eugenio y Jorgito¡ dice el cartel. Llega Jorge con su hijito. Un niño rubito de 3 años, que corre, que grita. Que solo piensa en jugar. Su padre corre tras él. Detrás una feliz Rosana, de la mano una niñita rubia que ya da sus primeros pasos. 

--No corran, que Hortensia no puede seguir vuestro ritmo. --les dice la feliz madre.

Eugenio agarra a su sobrino:

--¡¡ven aquí, campeón.¡ ¡no te escapes.¡

Le hace cosquillas. Jorge se acerca a ellos y los abraza con fuerza:

--¡¡aquí están los del cumpleaños¡¡

Todos aplauden les cantan el Happy birthday. Eugenio se monta a Jorgito en el cuello. El niño le va dando con la mano:

--arre. arre. caballito.

Eugenio va trotando por el jardín haciendo las delicias del pequeño. Jorge sonríe con ternura. Le gusta ver como se quieren su hermano y su sobrino. Luego toma en brazos a su hija:

--¡¡ven aquí mi princesita..¡

Se acerca a Rosana y la besa enamorado. Hera está sentada en una silla con uno de sus hijitos recién nacidos. Víctor un padre muy amoroso y un marido pendiente de todo. No se mueve de su lado. El otro pequeño está con él. Hera y Víctor se miran muy enamorados. Cerca de ellos está Camilo. Los gemelos mayores se sonríen con complicidad. Carmen agarra a uno de sus nietos para que Víctor pueda ir con su hermano. Los gemelos se abrazan. Se tiran el uno sobre el otro como cuando eran niños. Camilo no le pierde el ojo a Victoria a la que mira muy paternalmente.



Aunque ya los invitados han llegado no están los anfitriones. Eugenio y Ana bajan las escaleras. Se muestran felices. Enamorados. Bajan tomados de la mano. Se miran como adolescentes.

--para las próximas vacaciones quiero que volvamos a ser amantes yo me pido la Casa Grande y tú te vas a un hotel¡ --dice él coqueto.

Ella lo mira apasionada:

--igual no saldremos de la cama.

La pasión, el amor sigue tan vivo como el primer día. La tormenta ya pasó. Se besan felices y se unen a la fiesta felices de ver a casi todos sus hijos juntos. La pequeña Francisca diciendo abuelos corre a brazos de estos. El orgulloso abuelo la carga en sus brazos. Tras la pequeña están los padres. Ana con una bebita de pocas semanas en brazos. A su lado Francisco con otra niña de la mano dando sus primeros pasos. Ana madre le hace mimitos a su nieta más pequeña:

--hola, Danielita.

La otra pequeña tiene celos de su hermana Francisca y quiere que el abuelo la tome en brazos.

--¡¡yo quiero, abu¡

Francisca llora cuando el abuelo la deja en el piso. Papá regaña a su hija mayor:

--Ahora le toca a Ángela.

Eugenio carga a la segunda hija de Francisco y Ana, Francisca le tira a papa del saco para que la cargue. Pese a todo lo que pasó, Ana pregunta a su nuera por su madre.

--feliz, entregada a la vida en el convento como una religiosa más.

--Me alegro que tomar los hábitos la haya hecho feliz.

Francisco y su esposa Ana se miran muy enamorados mientras que sus hijas mayores se "pelean", cuando Francisca está con papá y Ángela con el abuelo, Francisca quiere ir a los brazos del abuelo y Ángela a los de papá. Cuando hacen el cambio las niñas quieren volver a cambiarse. Camilo y Víctor le hacen una señal a Francisco, éste deja a su esposa y a sus hijitas y se acerca a sus hermanos. Victoria se acerca a los nuevos gemelitos con curiosidad. Hera deja que tome a uno en brazos. Sin dejar de vigilarla. Rosana se ha quedado sola con sus dos hijos. Jorgito corre por todos los lados. Eugenio esta con Jorge que le tapa los ojos. Los lleva tras unas matas.

--¿dónde vamos?

Jorge le saca las manos. Jorge, Francisco, Camilo y Víctor le tiran confetis.

--te tenemos un regalo muy especial. --le dice Jorge.

Todos se miran con complicidad. Eugenio está nervioso.

--¡¡ya,  Que pasa¡?

De detrás del matorral sale Hilaria con una rosa. Eugenio la mira impactado. Ella le entrega la rosa y le dice:

--gracias por tus rosas. Es lo que me dieron fuerza en mi encierro.

Eugenio ha soñado tanto con volver a verla que no puede creer que al fin estén de nuevo juntos. Sonríe enamorado.

--¿¿eres tú?¿¿eres tú de verdad?

Jorge le va haciendo gestos a sus hermanos y uno a uno van desapareciendo. Eugenio con su rosa en la mano, acaricia a Hilaria para convencerse que es ella de verdad.

--Me dolió cuando supe que ya te habían soltado y no supe nada de ti. Creí que no me querías ver.

Ella se muestra muy sonriente:

--me fui con mi madre, a rescatar nuestra relación.

--Me alegro. --dice con una tierna sonrisa.

Él la mira ansioso, con ganas de besarla pero no sabe en qué plan está la joven.

--Te quería dar una sorpresa. --dice ella entregando una cajita a Eugenio.

--¿otro regalo?

Él abre la casa con ilusión. Hay un único anillo de oro. Ella lo toma, le agarra la mano a él:

--¿te quieres casar conmigo?

El hace que si con la cabeza.

--pero creo que esto es al revés --dice el emocionado.

Ella le pone el anillo en el dedo.

--No me importa.

Él la mira entre lágrimas.

--¿Y Camilo?

El se pone serio. Tiene miedo que ella se enoje pero sonríe:

--Mi madre está dispuesta a reconquistarlo y yo me alegraría de hacer una boda doble. Te amo a ti. Sólo a ti.

Eugenio la abraza con fuerza:

--¡¡te amo. Te amo¡

Luego se besan con un amor desesperado. Jorge estaba escondido, sonríe orgulloso. Le gusta que su hermano al final sea feliz. Victoria estira a papá de la manga de la camisa.

--¡¡papa, ven. ven.¡

Ella se lo lleva unos metros.

--quiero darte un regalo.

Él sigue a la niña:

--pero si no es mi cumpleaños.

Ella le hace gestos para que se agache. El se pone en cuclillas:

--¿que le pasa a mi princesa?

--te quiero mucho, papá --dice dándole un beso-- y quiero agradecerte lo que has hecho por mi.

Camilo le acaricia los cabellos muy amorosamente:

--tu me has salvado la vida. No necesito nada más que a ti.

Ella le agarra la mano.

--ven, te quiero presentar a una amiga que conocí en el club de tenis.

Camilo esperaba conocer a una niñita y se queda helado al ver a Claudia. La mujer y la niña se miran con complicidad. Camilo se agacha y le dice a su hija:

--¿¿qué es esto?

La niña le besa en la mejilla y le susurra al oído:

--Tu ex novia me gusta para que sea mi nueva mamá.

Victoria se va corriendo. Camilo mira a Claudia y se estremecen. A los dos les basta mirarse a los ojos para darse cuenta que no han dejado de amarse. Vibran solo de mirarse. Sus palabras son una caricia para sus oídos:

--no esperaba verte. ¿de qué conoces a mi hija?

--Es una niña muy bella, te quiere mucho. Nos conocimos en el Club. Me alegro que al final sí te quedaras con el club y lo sacaras para adelante.

--Mi hija me convenció. Resulta que le encanta el tenis.

--lo sé y es muy buena, últimamente hemos pasado mucho tiempo tu hija, Hilaria y yo.

Poco a poco los nervios van desapareciendo y van hablando y caminando como si el tiempo no hubiera pasado como si siguieran siendo una pareja de enamorados.


Paula y Angélica están viviendo de nuevo juntas en la casa de la mercería "el brasileño". Solas, cada una con un hijo no reconocido de Manuel. Unos hijos sin padre. Lourdes camina bien y habla. El pequeño Manolito está con sus primeros pasos y primera palabra. Sus hijos, el abandono de Manuel después de divertirse con ellas ha unido a estas dos hermanas que se han reencontrado y están más unidas que nunca.




Gustavo e Ignacio están en Budapest. Desnudos en la cama, el uno frente al otro. Gustavo entrega una cajita pequeña a Ignacio mientras que muy dulce le dice:

--feliz cumpleaños, mi amor.

Son dos alianzas de oro. Gustavo agarra una y se la pone a Ignacio en el dedo:

--¿Ignacio me tomas como tu hombre para amarme, cuidarme y aguantarme toda la vida? --le dice son una seductora sonrisa.

--¡¡si¡ ¡si¡

LLora Ignacio de felicidad. Lo quiere besar, Gustavo lo regaña divertido:

--no. no. aún no ¡te toca a ti¡ --dice fingiendo una pose seria.

Ignacio tiembla de emoción mientras que le pone el anillo en el dedo a su amado:

--Gustavo ¿me tomas como tu hombre para amarme, cuidarme y aguantar mis majaderías toda la vida?

Los dos se sonríen.

--¡¡claro que quiero.¡

Los amantes se miran entre lágrimas. Unen sus cabezas. Sus manos. Sus labios. Sus cuerpos.. sus almas.


En el otro lado del océano, Los Mendoza-Itriago se reúnen frente al pastel. Es grande y tiene un número 21 y separado un 3. Francisca, Ángela y Hortensia en primera fila. Victoria al lado de papa sonriendo contenta al verlo mirando enamorado a Claudia. Claudia le toma de la mano emocionada a Camilo. No se resisten y se besan apasionadamente. Tanto Víctor como Hilaria se alegran de este beso. Victoria está muy contenta. Piensa que ahora si se cumplió su sueño de tener un papa y una mama. Danielita descansa en brazos de papá. La joven Ana besa a su marido feliz. Víctor y Hera están entusiasmados cada uno con un bebe. De reojo se miran. Hilaria está pegada a su chico, le da un pellizco en el trasero. Él se gira y la guiña el ojo seductor. La besa. Eugenio y Ana están del otro lado, contemplan la felicidad de su familia con emoción. Se besan como adolescentes. Eugenio hijo se dispone a apagar las velas de la tarta con su sobrino en brazos. Eugenio cierra sus ojos y pide su deseo:

--la felicidad para todos.

A continuación sopla las velas junto con el pequeño en medio de los aplausos y la felicidad de sus seres queridos.

FIN.









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