domingo, 6 de diciembre de 2020

Capítulo 49

 



Gustavo e Ignacio están más unidos que nunca. Ignacio asiste todos los días a rehabilitación y ni un solo instante Gustavo se ha separado de su lado. Ignacio camina con unos agarradores a cada lado. Es un largo camino que tiene que recorrer. Tiene que poder caminar sólo hasta el final. Le cuesta mucho.

--No puedo. --balbucea con dolor.

Ya prácticamente ha recuperado toda su movilidad. Le falta caminar bien. 

--¡¡si puedes. animo.¡ --dice Gustavo eufórico.

 Gustavo lo espera al final del camino. Con una sonrisa que es la que más lo anima. Por él Ignacio sí lo logra. Al final casi se cae pero Gustavo esta ahí para sostenerlo con sus brazos.

--¡¡lo lograste.¡lo lograste.¡ ¡¡pronto volverás a caminar.¡ --Gustavo entusiasmado.

Ignacio mira a Gustavo con amor. Es su Dios.

--todo te lo debo a ti.

LLora emocionado:

--si, tú me hubieras abandonado...

Gustavo le seca sus lágrimas:

--¡¡fuera tristeza. yo te amo. te amo así de simple y no quiero amar a nadie más.¡

--gracias por amarme.

Gustavo lo mira con ternura. No le quiera dar importancia a lo que ha hecho.

--¿es que tu no me amas a mi igual?

Ignacio lo mira enamorado:

--claro que te amo. te amo mucho.

Gustavo lo besa enamorado. 

--quiero sentarme.

--luego nos sentamos en un bar.

Ignacio busca su silla.

--ya no la necesitas.

Le entregan unas muletas. 

--tengo miedo. ¿y si me caigo?

Como siempre Gustavo esta ahí ofreciendo una dulce mirada, una tierna sonrisa que derretiría al glacial más gigantesco.

--no te vas a caer. además. ¿No estoy yo siempre a su lado?

Al principio va un poco inseguro pero Gustavo es su mayor apoyo siempre.

--Pronto volverás a caminar. Nos iremos de viaje por meses. a Europa como Jorge y Eugenio. Sólo nos importará lo que sentimos.

--te quiero mucho. --le susurra Ignacio enamorado.

Gustavo le sonríe. Lo mira con mucho amor. Con el rostro lleno de amor para él. Llegan juntos a su casita.

--estoy reventado, no puedo mas.

--¿quieres comer algo? --le pregunta Gustavo con cariño.

--No. quiero descansar.

Gustavo lo ayuda a acostarse.

--te dejare solo para que duermas mejor..

Ignacio extiende su mano. Lo mira pícaro:

--No me dejes solo.

Gustavo le guiña el ojo seductor:

--¿no es que querías descansar?

--pero prefiero amarte. --Ignacio excitado.

Gustavo le ofrece un striptease de lo mejor. Un baile muy sensual que llena al joven excitación. Totalmente desnudo cae a la cama, a la vez que llena de besos y abrazos a su pareja. Quiere ayudarlo a desvestirlo.

--puedo solo --dice Ignacio.

Gustavo le sonríe con cariño:

--Ya lo se. pero me excita desnudarte. si quieres lo hacemos entre los dos.

Ignacio se pierde en la mirada llena de amor y de pasión de Gustavo. Los dos desnudos funden sus cuerpos en uno solo con una ternura que hace vibrar cada rincón el uno del cuerpo del otro.




Hilaria se sorprende al ver llegar a Eugenio a casa de sus tíos.

--¿¿qué paso?¿me echabas de menos? --ilusionada.

Ella lo besa. La esta serio.

--Tenemos que hablar. ¿puedes salir?

Ella lo mira decepcionada:

--esto se acaba ¿no?

Él agacha la cabeza.

--¡¡lo sabia.¡ ¡¡lo sabia.¡ --ella furiosa.

No quiere escuchar más. Se quiere ir pero Eugenio no lo deja.

--¡¡deja que te explique.¡

Hilaria se pone como loca:

--¡¡no quiero que me humilles.¡

--¡¡tengo que regresar a casa.¡

Hilaria lo abofetea y con odio le escupe:

--¡¡me usaste. ya te divertirte conmigo y ahora me tiras.¡

Eugenio trata de explicarle  como son las cosas pero ella no deja de gritar. De bofetear. Le da una patada en los genitales y huye. Él se retuerce de dolor. Jadeando, con una mano allá y cojeando la sigue.

--¡¡espera. mírame.¡ --le suplica desespera.

Ella se gira:

--¿y ahora que quieres? --le dice brusca-

Él la mira angustiado, de su remera saca dos billetes de avión:

--quiero que te vengas conmigo --le susurra con un hilo de voz.

Hilaria lo abraza.

--¡¡perdóname. perdóname.¡

Lo llena de besos.

--¿te lastime? --le dice muy dulce.

Con sus manos en los genitales y con cara de dolor dice:

--no. no duele.

Ella lo abraza. Cuando él ya se siente mejor dice con ironía:

--aunque si no te puedo cumplir ya sabes de quien es la culpa. 

Hilaria lo besa, lo toca. Nota su erección:

--creo que te lastime poco. --dice divertida.

Eugenio la mira pícaro.

--Me muero por estar contigo siempre. Me gustaría que vivieras conmigo en mi casita.

--¿no te parece muy pronto?

Ella piensa en Camilo y se estremece:

--¿¿que será de el? De su vida. --piensa.

Es feliz junto a Eugenio pero le pone nerviosa pensar en Camilo. Se deja llevar por la ilusión de Eugenio.

--si, quiero vivir contigo.

Los enamorados se besan felices. Sonríen tiernamente.










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