domingo, 6 de diciembre de 2020

Capítulo 47





 A Camilo le hace sentir menos macho el no haber podido dejar embaraza a Claudia. Por eso la ataca. Le echa las culpas a ella. No quiere ni puede aceptar que la culpa sea suya.

 --¡¡si no tenemos un hijo es tu culpa.¡¡

--¡¡el médico dice que yo puedo tener hijos.¡¡ ¡¡el problema no está en mi.¡

Camilo se pone como loco:

--¡¡pues en mi tampoco. yo puede tener un hijo cuando quiera..¡

--¿¿como sabes? ¿alguna vez dejaste embarazada a una chica. 

Camilo calla. Le da miedo que sea cierto.

--Hay muchos hombres que son estériles y.

Camilo no la deja seguir:

--¡¡no. yo no soy estéril.¡ ¡¡el problema tiene que ser de tus nervios.¡

Ella lo ve tan mal que no le puede seguir reclamando. Lo acaricia con ternura.

--puede ser. seguro que es eso.

Ella agarra la mano y se la pone en el vientre:

--lo que pasa es que te amo y que deseo ya tener un hijo en tu vientre. Es lo que más quiero. Salir embarazada de ti.

La tempestad por el momento ha pasado. Siempre se abrazan.

--yo también te amo. Es la única mujer a la que he amado.

Se sonríen y se besan. Él la acaricia con ternura:

--tienes que estar tranquila. cuando no lo pienses saldrás embarazada.

--porque no hacemos una inseminación.? así no tendremos que esperar.

Camilo se enoja de nuevo.

--¡¡claro que no. yo no voy a hacer algo tan humillante. Yo no voy a dejar mi. eso. ahí.¡ ¡¡no.¡

Camilo se sofoca. Claudia lo calma con sus besos:

--bueno. pues sólo nos queda seguir practicando --dice ella picara.

El la mira seductor:

--ves. eso ya me gusta.

Besando y amando la pareja llega a su recamara. Cae a la cama.  Con un sol esplendido que ilumina todo, con mucha luz como les gusta a ellos para verse a los ojos mientras se aman. Para ver sus cuerpos desnudos sin perder detalles.



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En Madrid esta anocheciendo. Eugenio ha preparado una cena romántica para Hilaria. Están en una suite. Con velas y todo. Hilaria está emocionada.

--¿¿cuando has preparado esto?

Eugenio la mira con ternura.

--en realidad fue mi hermano.

--¿esta es vuestra Suite?

--No, no. es la de al lado. Esta la tengo solo para esta noche. Es un regalo que mi hermano me ha querido hacer.

Los dos se miran muy enamorados.

--¿te sirvo un poco de vino?

Así se van calmando. Él es el perfecto caballero. Quiere que Hilaria se sienta bien.

--no creas que tengo segundas intenciones. sólo quería pasar un rato tranquilo contigo. cenando, bailando. --dice el muy nervioso.

No quiere que Hilaria piense que sólo desea sexo y se enoje.

--no pasa nada. Todo está bien.

Los dos se miran muy sonrientes.

--te quiero mucho. eres muy especial para mi. --dice Eugenio.

Hilaria lo mira contenta:

--gracias, gracias por devolverme la ilusión.

Él sonríe apasionado. Esta muy excitado pero aunque él la desea no quiere estropear el momento. Es ella la que toma la iniciativa. Le va desabrochando la camisa mientras que lo va llevando a la cama.

--no quiero que te sientas presionada a nada.

Ella se saca la blusa:

--quiero hacerlo.

Él la mira sensualmente mientras que ella descubre sus senos. Traga sus labios. 

--no quiero que te sientas obligada a hacerlo. --le dice él con deseo.

Ella le va sacando la camisa:

--¿¿es que tú no quieres hacerlo?

--¡¡claro. claro.¡

Eugenio se saca los pantalones, esta tan nervioso que hasta se cae con los pantalones en los pies. Teme quedar en ridículo. Hilaria se tira al piso con él. Se le tira encima. Lo besa.

--¿estas segura que quieres hacerlo?

--si. ¿y tu?

Él la mira con timidez. Con una sonrisa inocente que a ella la enloquece:

--tengo más miedo que cuando perdí mi virginidad.

--¿porque? --dice ella con ironía-- no te voy a morder.

Los dos se sonríen:

--bueno. mejor si. --le dice ella lanzándose a su cuello.

Se levanta. Van hacia la cama. Es ella la que lo lleva a él. Ella se muestra amorosa. Feliz. Divertida.

--esperaba que fueras tu quien me guiaras. se supone que eres el experto --dice ella con ironía.

--Eso, se supone --dice el con una tierna timidez.

Ella cae sobre él mientras le va bajando el slip. Lo siente temblar. 

--No se supone que soy yo la que debería estar nerviosa --dice ella.

Hilaria está segura de lo que hace. Quiere vivir ese momento con el chico que se lo ha dado tanto.

--hace tanto tiempo que no tengo sexo --dice con una sonrisa picara y a la vez tímida-- que creo que se me ha olvidado como se hace.

Ella se muestra apasionada. Segura.

--dicen que eso nunca se olvida.

--eso espero.

--ahora lo vamos a comprobar.

Ella se funde en un beso con él. Sus senos están sobre él. Eugenio se los acaricia excitado:

--que hermosa eres.

Los dos se devoran con sus manos. Con sus ojos.

--tu no te quedas atrás. --dice coqueta.

Se sonríen.

--te quiero --dice él.

--te quiero --dice ella antes de fundirse en el.


En el otro lado del océano, Emilio y Francisco están desnudos en la cama. Emilio mira el cuerpo desnudo de su guapo amante con deseo. Le encanta hacer el amor con él pero lamenta haber tenido en su cama a dos de los hermanos Mendoza pero no al que ama. Emilio tiene cara de gozo. Francisco tiene la mirada muerta. No ha querido conocer a otra mujer y para saciar su sed de sexo, para desahogarse se le ha hecho fácil convertirse en el amante secreto de Emilio. Lo que sirve para descargarse y a la vez para hundirlo más en el pozo negro en el que se encuentra. Fuma mucho cuando antes no lo hizo. Además bebe. Saca un bote de pastillas que le dice a Emilio que son antidepresivos y se los toma. Después bebe alcohol que lleva siempre en una botellita metálica. Emilio sufre al verlo tan mal. Siente que esta aprovechándose de su amargura para hacerle hacer algo que en situación normal no haría pero lo encuentra demasiado guapo y él está demasiado sólo como para rechazarlo. Justo en ese momento. A miles de kilómetros de allá. la joven Ana entra en la sala de partos.  ¡¡está dando a luz¡ Sólo su madre se encuentra con ella. 




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